Para este año, la marca estadounidense apuesta por dos tonalidades del rojo característico destacando la mitad del frente y de la zona de la espalda más oscuras. En este caso, el criterio es distinto, ya que para un árbitro lo más importante es cómo se ven las equipaciones en las distancias cortas. Un estilo que vuelve desde la temporada 2005-2006, último año que el Arsenal jugó en Highbury.